Junio 2015
Como el viaje discurrió a través de muchos países, este
capítulo tratará sobre Bosnia – Herzegovina. Paisajes alpinos maravillosos,
ciudades medievales magníficamente conservadas, gentes amables, y un pasado
oscuro cuyas sombras aún planean sobre sus habitantes, os esperan en esta
tierra.
Viniendo de territorio croata, cruzamos la frontera por Bihac para dirigirnos hacia Jajce. Nada más pasar los trámites fronterizos (ningún problema), paramos a tomar un café y comprar una tableta de chocolate. Nos aceptan euros y nos devuelven en marcos. Caen rayos y truenos, pero enseguida escampa. A lo largo de la carretera nos resulta curioso ver infinidad de puestos en mitad de la nada, donde venden exclusivamente cd´s y dvd´s.
Viniendo de territorio croata, cruzamos la frontera por Bihac para dirigirnos hacia Jajce. Nada más pasar los trámites fronterizos (ningún problema), paramos a tomar un café y comprar una tableta de chocolate. Nos aceptan euros y nos devuelven en marcos. Caen rayos y truenos, pero enseguida escampa. A lo largo de la carretera nos resulta curioso ver infinidad de puestos en mitad de la nada, donde venden exclusivamente cd´s y dvd´s.
Paisaje de los Alpes Dináricos |
Puente de Mostar |
Vistas del casco antiguo de Mostar desde el puente |
Colina de la aparición |
Secuelas de la guerra
Plaza de las palomas en Sarajevo |
Por una autopista de reciente construcción, nos acercamos a
Visoko (1 euro el trayecto). Como éste es el tema que os quiero desarrollar
después de contar el viaje, sólo os adelantaré que allí se encuentran lo que
muchos piensan que son las pirámides más grandes del mundo, esperando a ser
“descubiertas”. Pero luego sabréis más.
A las afueras de Sarajevo nos alojamos en el Motel Konak. La
habitación, con un balcón enorme, está genial por los 20 euros que nos cuesta.
Cementerio de la matanza de Srebrenica |
Tumbas |
Café bosnio |
Con los posos de café acomodándose en el fondo de mi
estómago, preguntamos por la oficina de correos para echar las postales que habíamos
escrito la noche anterior. Cuando entramos en aquel edificio semi abandonado,
tuvimos que cerciorarnos con una disimulada exploración visual, que,
efectivamente, aquello estaba operativo y no eran restos de la guerra. Con un
poco de incertidumbre, nos acercamos al mostrador para dejar las postales, pero
una funcionaria nos dice un poco seria que no… La verdad es que no parecía una
oficina postal. Nos habíamos equivocado… Le preguntamos donde podíamos echarlas,
y en esa difícil conversación en la que los lenguajes que se cruzan no se
conocen, nos volvió a hacer gestos negativos. El pueblo era pequeño, y no habíamos
visto ningún buzón, pero entre las paredes desconchadas de aquel edificio,
vimos un cartel de correos. Tenía que ser allí. ¿Por qué no nos quería atender?
Pues porque no estábamos en Bosnia. El misterio de este capítulo son las
pirámides de Visoko, no los saltos espacio temporales, así que no temáis, no
pasamos a través de ninguna puerta interdimensional ni nada por el estilo. Los Balcanes
se componen de una mezcla de múltiples naciones y grupos étnicos muy variados, como
ya hemos dicho, (serbios, bosnios y croatas principalmente), y tras el acuerdo
de Dayton en 1995, partes de Bosnia en las que la mayoría de la población era
serbia, quedaron bajo su dominio. Una mujer que hablaba un poco de inglés nos
explicó que estábamos en jurisdicción serbia, aunque fuera territorio bosnio, y
que nuestros sellos bosnios no tenían validez en la República Srpska. La
señora, que al día siguiente tenía que ir a Tuzla, se ofreció muy amablemente a
echarnos las postales allí. Y llegaron… llegaron.
Puente otomano de Visegrad |
Y hasta aquí Bosnia-Hercegovina. Los que lleguéis hasta este
olvidado país de los Balcanes, descubriréis un lugar virgen para el turismo,
amable con el viajero, seguro y muy barato. Es dónde mejor comimos. Animaos, os
encantará.
Os dejo para que exploréis las pirámides de Visoko…
PIRAMIDES DE VISOKO
PIRAMIDES DE VISOKO
¿Pirámides más antiguas y más grandes que las de Egipto en
el corazón de la vieja Europa? Pues habrá que esperar para resolver esta
cuestión, o creer a una de las dos corrientes que se enfrentan por aceptar o
rechazar la autenticidad de estas supuestas construcciones.
Formación de Visoko |
La comunidad científica fue tremendamente escéptica ante
este “pintoresco” descubrimiento. Tal vez el hecho de que su artífice fuera un
millonario (americano de origen bosnio), no dio credibilidad a un hallazgo que
podía revolver el orgullo de los arqueólogos. Como en tantos otros casos de la
historia, muchos pensaron que sólo se trataba del capricho de un excéntrico
multimillonario que se aburría con sus negocios en Houston, y quiso pasar a la
historia como uno de los grandes descubridores y mecenas de todos los tiempos.
Santuola (cuevas de Altamira) y Shlieman (Troya) ya fueron víctimas de la
envidia y la desconfianza del mundo científico, que desprestigiaron a unos
personajes aficionados al arte rupestre y a la arqueología, que demostraron que
para descubrir tesoros ocultos no hace falta tener ojos de científico. Pero,
¿puede Visoko, efectivamente, ser el simple capricho de un millonario con
excesivo entusiasmo? Intentaremos adivinar que se esconde bajo la vegetación de
las colinas que rodean esta pequeña población de Bosnia central.
Aunque la curiosa forma triangular de las colinas que rodean
Visoko resultan extrañamente perfectas a ojos de cualquier humano, sólo Semir
Osmanagich se interesó de verdad en averiguar qué se escondía en las entrañas de
aquellas desconcertantes montañas. La naturaleza es caprichosa, pero aquella
silueta incitaba a la curiosidad. Con más deseos que certezas, Sam se volcó
para demostrar que, bajo aquella vegetación, se hallaba una construcción artificial
levantada por una civilización desconocida. Tras hacer públicas sus hipótesis,
el mundo académico no tardó en tildar el descubrimiento de fraude. La Asociación
de Arqueólogos Europeos emitió un comunicado en el que denunciaban el engaño, y
reclamaban los recursos que el gobierno bosnio estaba destinando a un proyecto
fantasma, para otros más serios y reales que se estaban descuidando en el país
balcánico.
Objetos extraídos de los túneles |
Conocedor de que el apoyo de la comunidad científica
internacional era importante, Osmanagich intentó reclutar arqueólogos para su
causa. Nombró al neozelandés Timothy G Mooon como jefe del proyecto, y
especialistas de diversos países dieron su apoyo a aquel magnífico
descubrimiento. Pero los escépticos superaban ampliamente a los que creían en
las pirámides artificiales. El rechazo no amedrentó al empresario, que redobló
sus esfuerzos para conseguir pruebas. Numerosos voluntarios de todo el mundo se
acercaron a Visoko para colaborar en las excavaciones. Con enorme ilusión y
escasos medios, se internaban entre los Kilómetros de túneles que atraviesan el
interior del montículo, para sacar a la luz pruebas definitivas del origen
milenario de aquellas pirámides. Los túneles son reales (nosotros mismos nos
asomamos a ellos), pero según los arqueólogos más ortodoxos, pueden tener su origen
en antiguas minas de oro, cavidades excavadas en la edad media, en el neolítico,
o incluso durante la guerra de Bosnia. Y de eso es de lo que precisamente se
quejan los arqueólogos más reputados. Según ellos, Osmanagich no sigue las
mínimas reglas de excavación del mundo arqueológico que permitan asegurar el
recinto y la autenticidad de los objetos que de él se extraigan. Y esa mala
metodología origina contaminación en las pruebas.
Hay todo tipo de estudios (geológicos, sedimentarios, radar,
carbono-14…) y los resultados siguen arrojando más dudas que respuestas. Según
a que fuentes se consulten, cada una defenderá su postura, negando evidencias,
o poniendo cualquier tipo de pegas y obstáculos a las teorías contrarias. El
conglomerado, los bloques de arenisca o las terrazas halladas bajo la
superficie de la Pirámide del Sol (la más grande con 220 metros de altura y
casi medio kilómetro de base, y la más estudiada) tienen un origen artificial
para los creyentes, y natural para los que piensan que Visoko es una farsa. Es difícil,
para un ignorante del tema como yo, posicionarse a un lado u otro, cuando ambas
causas son expuestas por científicos y profesionales de reconocida trayectoria
internacional. Si bien es cierto que la corriente más fuerte nos arrastra hacia
el lado escéptico, no se debería descartar la opción más fantástica, la de que,
efectivamente, sean construcciones hechas por el hombre. El carbono-14 confirmó
una datación de hasta 34000 años de antigüedad, dejando como adolescentes a sus
hermanas del valle del Nilo. Muchos consideran los cálculos erróneos por estar
contaminados, y otros atribuyen los restos y las piezas de los túneles a la
cultura Vinca que surgió en los Balcanes alrededor del 5000 A.C.
Parece ser que el conjunto de las seis pirámides está
perfectamente alineado con los puntos cardinales, y que se han detectado extrañas
energías y ultrasonidos que proceden de esta misteriosa forma.
Se dice que se plantaron árboles a lo largo de toda la superficie
de la pirámide, y que debido a que la estructura artificial de la misma impidió
extenderse a las raíces, éstas sólo pudieron sujetar a los árboles de la parte
de abajo. Y que el ejército aseguraba, que, durante la guerra, cuando las
bombas impactaban sobre su superficie, se oían unas extrañas vibraciones y ecos
metálicos que retumbaban como si fuera una campana.
Osmanagich va más allá, y se atreve a poner nombre a esa
enigmática civilización, y asegura que tuvieron algo que ver con las pirámides
de Egipto, de los mayas o de China, y que las de Visoko son la madre de todas
las demás.
Tal vez alguno de vosotros, si vais de voluntarios, tengáis la suerte de encontrar la clave definitiva. Nosotros recorrimos los alrededores de las supuestas pirámides (evidentemente tan cerca no distingues las formas) y nos detuvimos en la del Sol, donde compramos un libro sobre las excavaciones por 10 euros. No hay indicaciones para llegar allí (por lo menos en aquella época), y no os vais a encontrar un complejo con el recorrido marcado.
Tal vez alguno de vosotros, si vais de voluntarios, tengáis la suerte de encontrar la clave definitiva. Nosotros recorrimos los alrededores de las supuestas pirámides (evidentemente tan cerca no distingues las formas) y nos detuvimos en la del Sol, donde compramos un libro sobre las excavaciones por 10 euros. No hay indicaciones para llegar allí (por lo menos en aquella época), y no os vais a encontrar un complejo con el recorrido marcado.
No sé lo que esconde Visoko. Lo que nosotros nos encontramos
fue un recinto y unas excavaciones un tanto precarias. Por supuesto no entiendo
de arqueología, pero me dio la sensación de que aquello estaba un poco “verde”.
Tal vez necesiten más inversión y más medios para trabajar con más profundidad.
Y quién sabe si algún día demuestren al mundo que allí se asentó una antigua
civilización, a la cual debamos incluir en nuestros libros de historia.
Han pasado algunos años, y parece que las investigaciones no
acaparan titulares en los medios de comunicación.
Estaremos pendientes de Visoko…
Os dejo la encuesta para saber vuestra opinión.