domingo, 13 de agosto de 2017

RUMANIA - (2) - Maramures y monasterios pintados de Bucovina - Humanos gigantes y el misterio de los Montes Bucegi.

RUMANIA - Maramures, y monasterios de Bucovina.


Monasterio Pietra Neamt


Después de visitar la maravillosa Sighisoara, lugar de nacimiento de Vlad Tepes, decidimos apurar unas horas más de viaje y llegamos a un pintoresco pueblo entre montañas llamado Piatra Neamt. Su plaza, con edificios históricos y su bella torre del siglo XV, invadida por una espesa niebla, hace que de nuevo veamos carruajes oscuros con faroles alumbrando tenuemente en mitad de la noche, con la luna llena acompañando el sonido de los cascos de los caballos golpeando contra el adoquinado. Con la Semana Santa en plena celebración, el casco histórico se llena de conejos y huevos de Pascua, que le dan un poco de color al plomizo cielo. Dormimos en la Pensión Roua (30 euros). Tras cenar y escribir unas postales, nos acostamos para seguir la ruta al día siguiente.





Monasterio de Voronet
A pesar del sirimiri, nos damos otra vuelta por la ciudad antes de visitar el monasterio de Agapia, un precioso conjunto monacal, en el que las religiosas que lo habitan realizan sus labores diarias afanosamente, sin prestar atención a los dos turistas perdidos que entran de forma discreta en el recinto en el que laboran. Nadie nos mira ni nos impide el paso, así que nos damos un tranquilo paseo observando las bellas balconadas de madera, adornadas de coloridas flores que engalanan el blanco monasterio.

Monasterio Sucevita
Esta región de la Moldavia rumana es particularmente rica en monasterios. Sus fachadas exteriores, completamente decoradas con escenas e iconos religiosos, los hace únicos en el mundo. Esta característica (que yo tenga constancia) no se repite en ningún otro lugar. Fundados entre los siglos XV y XVI, os asombraran los trabajos realizados en sus paredes. Daréis varias vueltas a cada uno de ellos para captar cada detalle de cada dibujo de estas magníficas obras. Realmente admirable. Después de fotografiar el monasterio de Risca, llegamos a los famosos Voronet y Sucevita. En el primero predomina el color azul, mientras que, en el segundo, el verde es el protagonista. Fascinantes.


Iglesia en Maramures
Y de Moldavia (Rumania) a los Maramures, una de las zonas más agrestes e inhóspitas del país. En la frontera con Ucrania, esta región atrae la atención del viajero por sus impresionantes iglesias de madera. Y precisamente ese era el cebo que nos hizo picar el anzuelo de los Maramures. No dudamos en conducir hasta allí, a pesar de la tormenta, rayos y truenos que nos aguardaban nada más llegar. Por el paso de Prislop, llegamos bien entrada la noche a Barsana, confiando en encontrar alguna pensión donde alojarnos. Aún sin ver alojamiento alguno en los alrededores, nos “olvidamos” de buscar hotel, y visitamos tranquilamente el museo del folclore, donde compramos dos iconos ortodoxos de recuerdo. A la hora de recogernos, la lluvia arrecia y los truenos y relámpagos crean el ambiente perfecto de película de terror. Dos viajeros perdidos en un remoto lugar en una fría y lluviosa noche, con las bestias del bosque acechando en la oscuridad, y quién sabe si alguien más… Bueno, con ese pensamiento que nos viene a todos en momentos como ese, decidimos probar suerte en una casa particular. Entramos preguntando por un lugar para dormir (ya sabíamos que no había ninguno por allí) con la esperanza de que nuestros cuerpos empapados y congelados despertaran la compasión de aquella familia. Y ciertamente funcionó. Cierto es que no pegamos ojo porque la casa se caía a pedazos. No había cerraduras en la puerta de la habitación, había que mear en el campo, y es la única vez en mi vida que he dormido como una momia, vestido, tieso boca arriba y sin meterme en la cama. Digamos que las sábanas no habían recibido huéspedes muy recientemente. Pero tenemos que agradecer a aquella humilde familia que nos dejara dormir en su casa por 10 euros los dos. Pusimos una barrera de maletas en la puerta de la habitación por si la amable familia no era tan amable, pero al final la noche fue tranquila, e incluso no dormimos tan mal.

En los 500 kilómetros de vuelta a Bucarest nos aguardaban todavía varias sorpresas.

Cluj-Napoca
Cluj-Napoca es la segunda ciudad más grande del país, y en ella confirmamos lo que habíamos percibido a lo largo de los días anteriores: el fervor religioso de los rumanos. En la bonita catedral se agolpaban cientos y cientos de personas esperando a entrar en el templo ortodoxo. Un despliegue policial digno de un mega concierto, intentaba ordenar a los fieles que acudían a la oración, vestidos con sus añejos trajes de domingo. Allí es normal encontrar a la gente siguiendo la misa desde las escaleras exteriores o la acera de la iglesia, ya que todos no caben en su interior. Nos sorprendió ver a lo largo del país numerosos esqueletos de iglesias que estaban siendo construidas. No eran grandes catedrales medievales, pero es otro pequeño guiño a ese pasado que está tan presente en Rumanía. Los andamios de madera rodeando el armazón que ya daba forma a los santuarios, era como meterse en la novela de Ken Follet, Los pilares de la Tierra. Después de observar la interesante arquitectura de los edificios de Cluj, seguimos camino hacia Sibiu.

Durante el trayecto, mientras mi compañera me leía interesantes artículos de naturaleza, historia y ciencia ficción, yo conducía tranquilamente observando los bellos paisajes, hasta que una patrulla de policía desvió mi atención. Aparcado en el arcén, a lo lejos, se observaba un coche que parecía estar controlando la velocidad en ese tramo. Instintivamente (aunque no había pasado el límite) frené bastante para no tener problemas. Nunca se sabe lo que se puede complicar una simple multa en un país extranjero (ya os contaré una que casi me cuesta el calabozo en Austria). El caso es que, al llegar a su altura, se nos escapó una carcajada al comprobar que el coche de policía era… ¡¡de cartón!! Jaja Era de tamaño real, pero daba el pego. Nos engañó completamente.

Monasterio bizantino de Cozia
Así llegamos a Turnu, un bonito monasterio en un entorno precioso, en el que accedemos a las casas trogloditas que hay al lado. Una zona muy tranquila, ideal para relajarse, que nos ofrece otra imagen de fantasía, con el monje enfundado en su túnica negra paseando con un jorobado. Cerca, el monasterio de Cozia, con influencias bizantinas, también os sorprenderá.







Curtea de Arges
Y para finalizar este recorrido por tan bellos monasterios, acabamos en el de Curtea de Arges, sin duda otro lugar imprescindible en Rumanía. Olvidaros de todos los monasterios que hayáis visto anteriormente. Éste es totalmente diferente, y realmente impresionante. De estilo bizantino también, su mármol blanco hace única a esta catedral del siglo XVI. Os impactará su presencia. No me extraña que aparezca en el billete de 1 lei, porque es espectacular. Nos quedamos observando un buen rato su fachada (y su interior) para apreciar cada detalle del edificio. La entrada (el único sitio donde nos cobraron) es simbólica (50 céntimos).

Parlamento en Bucarest
La mejora de las carreteras anunciaba la proximidad de Bucarest. La verdad es que no le dedicamos mucho tiempo porque tampoco lo teníamos. No es una capital con grandes monumentos, ya que lo que no se llevaron las innumerables guerras que asolaron este territorio a lo largo de la historia, se lo tragó el comunismo para construir auténticas moles de cemento que afearon la ciudad. Aun así, podéis visitar precisamente el Parlamento, el segundo edificio más grande del mundo, después del Pentágono. Esta obra faraónica de Ceausescu se llevó por delante varias construcciones históricas. Los rumanos actuales no le tienen mucho aprecio, ya que les recuerda la época de brutalidad y represión a la que fueron sometidos por el dictador comunista, al que el propio pueblo fusilaría tras un golpe de estado en 1989. El Ateneo es un bonito edificio de finales del siglo XIX que sirve de escenario para la música. Y el arco del triunfo es una imitación del de París para conmemorar el final de la I Guerra Mundial.

Arco del Triunfo, Bucarest
Y allí, bajo este escenario, símbolo de la paz de un pueblo, acabó nuestra aventura en este país tan especial, que nos cautivó por su historia y su modo de vida, y que sin duda merecía más tiempo para conocerlo. Desde aquí, no puedo más que animaros a que lo descubráis, porque os aseguro que os entusiasmará. Tal vez alguno guarde prejuicios sobre la seguridad… pues que los vaya abandonando porque la gente es encantadora y hospitalaria, y tengo la certeza de que no sufriréis ningún percance, ya que los delitos son casi inexistentes.


Si buscáis algo diferente y auténtico en Europa, ¡escoged Rumania!


EL MISTERIO DE LOS MOTES BUCEGI Y GIGANTES HUMANOS



Gigantes humanos, personas con poderes psíquicos, puertas interdimensionales, illuminatis que dirigen el club Bildelberg, extraterrestres, máquinas del tiempo, el Vaticano… Todos estos ingredientes, mezclados convenientemente, podrían dar como resultado un auténtico best seller mundial. Pero, fuera de un libro o una película, hasta al más fiel de los amantes del misterio le surgirían más que dudas.

Jamás cierro la puerta a nada, pero en este caso, debo reconocer, que sólo la he dejado a unos centímetros de trancarla.

Los que leemos sobre estos temas, la mayoría de las veces tenemos que fiarnos del instinto cuando la cabeza está saturada o falta de datos. Pero en el asunto que nos ocupa ahora, hay demasiadas piezas que no encajan en este complicado puzle.

Yo, sinceramente, no conocía esta historia. Llegué a ella buscando información sobre de la que realmente os quería hablar, pero como me pareció tan rocambolesca, seguí penetrando en los bosques de Bucegi, ya que me di cuenta de que hay mucha gente que cree en ella. Trataré de resumiros tan impactante incidente, que supera cualquier relato de ciencia ficción.

Montes Bucegi
Viajamos hasta los montes Bucegi, en el corazón de los Cárpatos. Allí, bajo las impenetrables paredes de la roca, un satélite espía de Estados Unidos detecta en el año 2002 una emisión de fuentes de energía que proceden del interior de la montaña. Inmediatamente se ponen en contacto con las autoridades rumanas para investigar el lugar, y descubren que en las entrañas del macizo hay una gigantesca cámara de la cual salen varios pasadizos, pero que no está conectada con ninguno de ellos hacia el exterior. Desconcertados, los americanos traen un sofisticado equipo de perforación para llegar a esa misteriosa sala. Cuando por fin acceden a ella, se quedan tan impresionados y sobrecogidos por lo que ven, que piden al gobierno rumano guardar secreto sobre el hallazgo, a lo que éste se niega. Los europeos querían hacerlo público. Y aquí empieza la primera contradicción… Unos dicen que los americanos les amenazaron con invadirles o hundirles la economía si lo contaban, otros que les pidieron 10 años de margen para estudiar el lugar y luego podrían hacer lo que quisieran, y otros que habrían comprado su silencio con ayuda militar y tecnológica. Catorce años después, no les veo sentido a ninguna de las tres. Invadir un país amigo, que acaba de huir de la influencia soviética y que es uno de los mejores aliados de Estados Unidos contra Rusia, no sería muy inteligente. Transcurridos esos 10 años de margen, sigue sin ver la luz el descubrimiento que cambiaría el destino de la Humanidad. Y tampoco parece que Rumanía se haya convertido en una potencia mundial tecnológica, ni que haya evolucionado tanto como ese trato hubiera supuesto.

El acuerdo habría sido (con la intervención del Vaticano, que ofreció cooperación, y al que no le interesaba la historia alternativa), la entrada de Rumanía en la OTAN (organización de la que, tarde o temprano, formaría parte). Una recompensa no muy generosa para el alto valor del secreto.

Una vez dentro del complejo, el Equipo Cero (un grupo de élite del servicio de inteligencia rumano) habría intentado penetrar, junto con los americanos, en la cavidad que se encontraba detrás de una puerta gigante. Se dice que murieron 3 personas al tratar de hacerlo (otros cuentan sólo una), ya que una pared magnética impedía el paso (realmente eran dos “muros”). Pero aquí entra en juego un hombre con poderes psíquicos que había sido entrenado por el gobierno desde niño. Gracias a su habilidad mental, logran superar las barreras, y acceder a una galería gigante donde hay una mesa con una especie de ordenador, que, mediante hologramas, iba enseñando la verdadera Historia de la Humanidad, así como secretos tecnológicos y científicos que podrían dar un salto cualitativo en nuestra evolución. Incluso aseguran los allí presentes (entre ellos un Illuminati del club Bildelberg que tendría el mando de la operación por encima del propio gobierno americano), que vieron escenas bíblicas como el diluvio universal o la crucifixión de Cristo.

Roca con forma de Esfinge en Bucegi
Todo el mobiliario era de enormes dimensiones, como si se tratara de la morada de auténticos gigantes, que, según la leyenda local, habitan esas tierras desde los tiempos más remotos. Ellos serían los guardianes de la sabiduría y la tecnología alienígena que se habría escondido en Transilvania, y en otras zonas de nuestro planeta. Habría otras bases extraterrestres en el Tíbet, Mongolia, Egipto o Irak. Los defensores de esta teoría sostienen que el verdadero motivo de la invasión de la nación árabe por parte de Estados Unidos es hacerse con el control de esta puerta interdimensional, y no las armas de destrucción masiva o el petróleo. Dejando de lado el Tíbet, bajo dominio chino, ¿por qué no se deciden a invadir Egipto? Según el escritor de los cuatro libros que explican tan fantástica historia (el quinto está de camino), los centros están conectados por túneles, por los que él ha tenido la oportunidad de viajar con su amigo con poderes psíquicos de la Inteligencia rumana.

Y aquí es donde más chirria la puerta. Olvidándonos de que es incomprensible que dejaran el lugar más importante del mundo sin protección alguna (no hay ninguna base militar), me resulta inverosímil que cualquiera pudiera entrar y andar por los túneles y manipular esa tecnología como si se le estuviera enseñando a un amigo el coche nuevo que se ha comprado. Por supuesto, como suele suceder en estos casos, el psíquico protagonista no existe oficialmente, pero su amistad con el escritor le proporcionó a éste un regalo muy oportuno para desarrollar sus libros. Es curioso que los americanos estuvieran dispuestos a derribar a todo un país por mantener el secreto, y este hombre no recibiera ningún "aviso" por editar sus cinco obras. El broche cinematográfico lo pone un programa de televisión rumano, que, en pleno directo, recibe una amenaza de una persona anónima, al que no le tiembla el pulso al intimidar a los presentadores, que estupefactos, dejan de hablar de Bucegi.

Aunque soy más bien cauto con este tema, nunca se sabe…

Pero a falta de pruebas en Bucegi, vayamos en busca de gigantes…

Hay relatos sobre ellos desde tiempos inmemoriales. En las más antiguas culturas se les venera y teme, e incluso en las páginas de la biblia se cuentan sus historias. Pero… ¿eran reales esas referencias? ¿Existieron en alguna época? ¿Habitan todavía entre nosotros?
En algunas zonas de Rumanía están convencidos de que sí.

Por desgracia, como en muchos misterios, la montaña de fraudes entierra a los posibles casos verdaderos. 

Como decíamos, los habitantes de esta tierra no dudan en dar vida a estos humanos, que para ellos son tan reales como nosotros mismos. En las zonas más remotas (como ocurre en el Himalaya con el Yeti), tienen asimiladas las leyendas de gigantes como hechos reales y hablan de ellos con total naturalidad. No es descabellado pensar que otra especie de Homo habitara nuestro planeta en algún tiempo. El hombre de Flores, con su metro escaso de altura, y el de Denísova, nos muestran que el Sapiens y el Neanderthal no fueron las únicas especies humanas sobre La Tierra. Estos descubrimientos recientes dan esperanza para nuevos hallazgos.

Cuando hablamos de gigantes, nos podemos referir a los relatos de hombres de más de 10 metros o incluso 30, pero no hace falta mirar tan arriba. Se puede dar esta categoría a humanos de alrededor de 2´50 metros, siempre y cuando fuera la estatura media de una gran comunidad. Porque todos nosotros hemos conocido casos reales (actualmente hay varios ejemplos alrededor de todo el mundo) que todavía nos impresionan. Ahora bien, estas personas son muy pocas, y casi todas ellas sufren alguna enfermedad que les produce esa desproporcionada magnitud. Robert Wadlow es, oficialmente, el hombre más alto de la historia del que se tiene registro. Nacido en 1918 en Illinois, EEUU, a los 5 años ya medía 1´50 m y su ritmo de crecimiento era de 10 centímetros al año, lo que le llevaría a alcanzar los 2´72 metros a los 22 años, cuando falleció. A modo de estadística, hay que resaltar que el ranking de hombres más altos del mundo lo encabeza Estados Unidos, donde se estudian desde hace tiempo, numerosos emplazamientos en los que pueden descansar esqueletos de una raza de gigantes. A lo largo y ancho de todo el país, se dicen haber encontrado huesos de estos seres, que se escondieron o destruyeron deliberadamente. Desde los Grandes Lagos hasta el desierto de Nevada, los testimonios de estos hallazgos tienen en vilo a los amantes el misterio. En unos documentos desclasificados, el Instituto Smithsonian reconoce haber destruido varios esqueletos gigantes. ¿Por qué? ¿Cambiaría algo nuestra Sociedad? No lo creo.
Instituto Smithsonian, Washington

Hay leyendas de los indios Paiute que ya hablaban de luchas encarnizadas de esta tribu contra los gigantes pelirrojos come humanos, cuya última batalla se libró en la cueva de Lovelock, Nevada. Según parece, excavaciones realizadas en los años 20 confirmarían la existencia de estos hombres. La polémica está servida, ya que muchos sostienen que se ha exagerado el tamaño, y que incluso el color del pelo era rojizo a causa de la contaminación de bacterias.

Pero volvamos a Rumania… En 1940, en plena II Guerra Mundial, un grupo de arqueólogos, durante unas excavaciones en busca de restos dacios, se toparon con 80 esqueletos de grandes dimensiones. Los trabajadores que comunicaron el descubrimiento no tardaron en ser despedidos y los huesos desaparecieron en remolques de grandes camiones camino a nadie sabe dónde.

En los años 90, unos agricultores de la zona de Scaeni, dieron también con cráneos dos y tres veces más grandes que el de un humano normal cuando removieron la tierra para plantar manzanos. Desgraciadamente, tampoco vieron la luz pública.

¿Hay personas empeñadas en ocultarlos? ¿Hay gente interesada en crearlos?

Una última curiosidad… el deportista más alto que jamás haya jugado en la NBA (la liga de baloncesto americana) es Gheorghe Muresan (2´31 m)… rumano.