SUDÁFRICA (I)
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Bandera de Sudáfrica |
El viajero que acude a África, suele hacerlo,
fundamentalmente, en busca de fauna, paisajes naturales, tribus, playas,
ciudades históricas, arqueología y, sobre todo, aventura. Los santuarios de
vida salvaje de Kenia, Tanzania, Uganda, Madagascar o Botsuana, entre otros,
atraen a amantes de la naturaleza de todo el mundo para ver los Big Five (cinco grandes) (león,
leopardo, búfalo, rinoceronte y elefante), los impresionantes gorilas o la
increíble fauna endémica de la gran isla del continente. En Etiopía podemos
convivir con las tribus más auténticas del continente negro. En Marruecos o
Malí nos damos cita con el pasado. En Egipto, los faraones nos dan la
bienvenida a su mundo en unos impresionantes templos y pirámides. Namibia,
Argelia o Níger nos deleitan con sus hipnóticos e inhóspitos desiertos, en
contraste con el bello paisaje acuático que suena con fuerza entre la frontera
de Zambia y Zimbabwe, cuando las cataratas Victoria deciden dar el salto. Y el
que busque relax, tiene playas estupendas en Mozambique o Mauricio.
Todos estos países nos aportan lo mejor de África en sus
respectivos atractivos. Pero… yo echo en falta a un protagonista. Tal vez no
sea el favorito en nada (bueno sí, en el vino) pero sí el mejor en su conjunto,
ya que reúne todas las ofertas anteriores, y porque no decirlo, en un grado muy
cercano o a la par en algunos aspectos, de los líderes del ranking. Hablamos de
Sudáfrica…